Además de Windows 8, que ha acaparado la atención informativa en los últimos dí­as debido a la presentación de una versión previa, también se han conocido más detalles sobre el próximo navegador de microsoft que saldrá al mismo tiempo. Microsoft ha confirmado que realizará dos versiones para su navegador Internet Explorer 10, una basada en escritorio y otra centrada en aprovechar las capacidades de los tablets. La novedad estriba en que esta última versión no contará con soporte para Flash.

La decisión ha sido tomado por Microsoft tras investigar el uso de flash en las 97.000 webs más visitadas de Internet. La empresa concluyó que pese a que más de la mitad de las páginas hacen uso de flash (un 62%), la mayor parte de las veces esta tecnologí­a solo se utiliza para los anuncios que aparecí­an en las webs. Además, por lo general los sitios ofrecen una alternativa en HTML5 si los navegadores no soportan Flash.

Precisamente la idea de Microsoft es centrar su nuevo navegador en la experiencia HTML5, y librar al dispositivo de complementos adicionales. Con ello se pretende mejorar el tiempo de carga de las páginas, sobre todo en aquellos equipos que cuenten con menos recursos. Además, la empresa también considera que el estilo de la interfaz «Metro» (una interfaz que se basa en menús de ladrillos muy parecida a la de Windows Phone 7) no es compatible con el uso de tecnologí­as como Flash.

A pesar de que la versión de escritorio de Internet Explorer 10 seguirá teniendo soporte para Flash, este anuncio de Microsoft supone un nuevo golpe para Adobe (la empresa que diseña Flash). Apple ya retiró su soporte para esta tecnologí­a de sus dispostivos iPhone y iPad, y ha llegado a afirmar que la mayor parte de las amenazas de seguridad que sufren sus equipos Mac provienen de la tecnologí­a Flash.

El propio Microsoft ha afirmado en su blog que uno de los motivos que le han llevado a retirar el soporte a flash ha sido el tema de la seguridad. Hay que recordar que Adobe ha tenido que enfrentarse a graves agujeros en algunos de sus formatos, sobre todo flash y también PDF, aunque en los últimos meses parece que la tendencia se ha mitigado (o los cibercriminales han apuntado a objetivos diferentes).