Facebook

Ya pocos dudan de calificar la situación de Facebook en la Bolsa como un auténtico desastre. El valor de sus acciones se situó al cierre de la sesión de ayer en los 18,81 dólares, por debajo de la mitad de su valoración inicial cuando salió a Bolsa el 18 de mayo. Casi cuatro meses después, son muchos los analistas que intentan arrojar algo de luz sobre los malos resultados de la popular red social, y señalar los culpables de este descalabro. Uno de los últimos en salir a la palestra ha sido un periodista del prestigioso diario The New York Times, que no duda en señalar al Director Financiero de la compañí­a, David Ebersman.

Según Ross Sorkin, colaborador del periódico, esta figura tuvo un peso decisivo en la salida a Bolsa de Facebook, al tomar dos decisiones que más tarde se han vuelto en contra de la compañí­a. En primer lugar, decidió aumentar la valoración inicial de las acciones de la red social, desde el rango inicial de 28-33 dólares hasta los 38 dólares, intentando aprovechar la gran expectación que habí­a generado el movimiento de Facebook. Las acciones lograron llegar a duras penas a esta cantidad en su primer dí­a, pero después se precipitaron en los dí­as siguientes, hasta el punto de perder casi un 20% de su valor en apenas dos jornadas.

En segundo lugar, la otra decisión que le atribuye es la de haber aumentado el número de acciones que iban a salir a la venta en la jornada inicial en un 25%, también en un intento por aprovechar el entusiasmo inicial que rodeó su salida. A pesar de haber conseguido cumplir con las expectativas, estos movimientos se volvieron en contra de la compañí­a en poco tiempo. Aún así­, parece muy arriesgado culpar a una sola persona de la marcha de Facebook en Bolsa. Es evidente que su error fue dejarse arrastrar por la corriente de analistas e inversores que aventuraban un rotundo éxito de la red social y que inflaron por encima de su valor real a la compañí­a, a pesar de los problemas con los que debí­a y debe enfrentarse la red social.

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De hecho, en un documento enviado a las autoridades bursátiles poco antes de la llegada a Facebook Mark Zuckerberg avisaba de las dificultades con las que se enfrentaba la red social a la hora de conseguir rentabilidad, sobre todo en la plataforma móvil de Facebook, a través de la que acceden más de 500 millones de usuarios. El fundador de Facebook ha afirmado en muchas ocasiones que su principal motivación era la de desarrollar su producto y potenciarlo a lo largo del tiempo, más allá de conseguir rentabilidad a corto plazo.

También resultó muy dañino que uno de los principales bancos detrás del lanzamiento de la IPO de Facebook ocultara a una parte de los inversores que iba a reducir las previsiones económicas de Facebook. Esto, unido a los problemas técnicos que rodearon la salida de la red social y que retrasaron muchas de las transacciones de ventas generaron una reacción muy negativa de los inversores. Algunos ejecutivos de peso de la compañí­a dentro del campo del marketing han abandonado el barco estos meses, tanto en la plataforma de escritorio como en la móvil.

Así­ las cosas, algunas de las medidas que va a llevar a cabo Facebook en los próximos meses son la compra de 101 millones de acciones propias para sacarlas del mercado hasta que se recupere su valor, al igual que la decisión de Mark Zuckerberg de no vender sus tí­tulos durante  un año.