Zuckerberg, fundador de Facebook

La caí­da del valor de las acciones de Facebook en la Bolsa está generando un gran revuelo en los medios. La situación de la compañí­a en el parqué de New York puede provocar que los empleados de esta red social comiencen a sentir cierta inquietud sobre el futuro de la red social, algo que Mark Zuckerberg (fundador y CEO de la empresa) quiso atajar a principios de este mes. Zuckerberg convocó a muchos de los empleados más importantes a una reunión para transmitirles un mensaje de tranquilidad y hacerles ver que la situación no es tan negativa como se dibuja desde los medios.

No obstante, el fundador de Facebook reconoció que la situación que se está produciendo con las acciones de la red es «dolorosa», según ha revelado el periódico The Wall Street Jornal. Una situación que ha notado especialmente el bolsillo del empresario, que tras la salida a Bolsa del diecisiete de mayo se convirtió en una de las mayores fortunas del mundo de la tecnologí­a. No obstante, en tres meses de cotización los valores de la red social se han reducido a la mitad, algo que ha hecho que este joven ejecutivo caiga del top ten de las diez fortunas más grandes de la industria tecnológica.

Zuckerberg, fundador de Facebook

La reunión de Zuckerberg con sus empleados no ha evitado que los precios de los valores de la compañí­a volvieran a caer tras levantarse la primera de las restricciones que impedí­a a distintos grupos de inversión y empleados poner en circulación sus acciones de la empresa. El jueves se levantó esta primera barrera, que ha permitido colocar un 60% más de acciones. Algunos de los grupos que han podido vender parte de sus acciones incluyen a Microsoft, Goldman Sachs o DST Global, piezas clave durante la oferta de venta pública de acciones de Facebook.

Pero la puesta en marcha de las acciones ha llegado en un mal momento, y más que para dinamizar los tí­tulos de la red social, ha arrastrado una nueva caí­da que ha llevado a la red social a cerrar la semana con un valor de 19,05 dólares, una cantidad que supone ya menos de la mitad del valor con el que cerraron las acciones de la red en su primer dí­a en Bolsa. Ante esta situación, existen dos grupos de analistas. Algunos coinciden al afirmar que estamos ante una gran burbuja que ha explotado y que no hay un futuro claro para la red social, mientras que otros defienden que se trata de un valor a largo plazo que podrí­a comenzar a dar sus frutos en dos o tres años.

No obstante, existe un gran nubarrón en el futuro inmediato de la compañí­a, que puede lastrar aún más sus tí­tulos y que no parece tener una solución fácil. Se trata del rendimiento de su plataforma móvil, desde la que acceden habitualmente a la red más de 500 millones de usuarios (más de la mitad con los que cuenta Facebook). El problema es que de momento no se ha encontrado el modo de monetizar el acceso móvil, un segmento en el que la publicidad todaví­a no se ha desarrollado lo suficiente como para ser rentable.