Estaba claro que tarde o temprano iban a surgir rumores más o menos veraces de que LG prepara una reestructuración de su plantilla dedicada al negocio de los dispositivos móviles, o lo que es lo mismo aunque suene más duro, el despido masivo de una parte importante de los trabajadores con los que cuenta. Y es que la compañí­a surcoreana arrastra resultados negativos en su división móvil desde hace cinco trimestres, a pesar de haber lanzado al mercado móviles con bastante empaque en los últimos tiempos.

Este rumor surge de una fuente cercana al ecosistema de la empresa, el medio «The Korea Economic Times». Al parecer, la empresa estarí­a preparando el despido de entre un 20% y un 30% de sus trabajadores de fuera de Corea, la mayorí­a de las secciones de marketing y ventas.  La compañí­a no quiso valorar estas informaciones, así­ que la veracidad de las mismas queda en el aire. No obstante, poco me extrañarí­a que llegara un anuncio oficial similar en breve.

 

Y es que cinco trimestres consecutivos arrojando pérdidas es un resultado muy deficiente, más teniendo en cuenta la fuerte inversión que se ha hecho para lanzar móviles que estén a la cabeza en innovación y potencia. Algunos ejemplos son el LG Optimus 2X, el primer móvil que incorporó un procesador de doble núcleo, el LG Optimus Black, que pese a poseer la pantalla más brillante del mercado en su momento pasó algo inadvertido por la tibieza de sus otras especificaciones o el LG Optimus 3D, el primer móvil puntero en utilizar tecnologí­a 3D.

LG ha querido apostar a caballo ganador, Android (a pesar de haber lanzado algún móvil con Windows Phone 7), pero su apuesta por el sistema operativo de Google tiene el inconveniente de tener que pelear con un fabricante que le lleva ventaja en atractivo y en calidad táctil, la también coreana Samsung. A pesar de la indudable calidad de terminales como el LG Optimus 2X, su éxito ha palidecido al enfrentarse a dispositivos como el Samsung Galaxy S II.

Ahora LG debe decidir entre continuar con su inversión por terminales de primer nivel o intentar centrarse en llegar al usuario con dispositivos más económicos y rentables, como el LG Optimus One. La tercera opción, abandonar o vender su división de móviles, parece un tanto precipitada pese a los resultados del último año. El tiempo dirá.