Microsoft vuelve a estar en el punto de mira de la Comisión Europea, que ha anunciado que comienza una nueva investigación por prácticas que atentan contra la libre competencia. En este caso, por incumplir las medidas que había tenido que adoptar Microsoft tras el juicio por incluir preinstalado su navegador Internet Explorer en Windows. Este caso supuso un verdadero terremoto mediático y le costó a la compañía tener que separar su compañía en dos partes tras varios años de juicio. Además, Microsoft llegó a un acuerdo con la Comisión Europea en 2010 para ofrecer la posibilidad de instalar los navegadores de la competencia a la hora de empezar a usar Windows 7 en el equipo.
Esta medida se lleva a cabo a través de una ventana inicial al instalar la versión Windows 7 Service Pack 1 en la que se otorga una pequeña descripción de los navegadores diferentes y el enlace para instalarlos. Pese a que la compañía de software aseguró que cumpliría con este acuerdo, la Comisión Europea ha denunciado que desde febrero de 2011 unos 28 millones de usuarios de Windows no han visto la pantalla inicial con estas opciones de instalación. Bruselas llega más allá al afirmar que Microsoft habría reconocido no haber mostrado en numerosos casos la pantalla en este periodo de tiempo.
Estamos ante un caso sin precedentes, ya que de confirmarse en la investigación las acusaciones que ha realizado la Comisión Europea, estaríamos ante el primer caso en el que una compañía que ha sido condenada incumple los compromisos adquiridos para evitar el monopolio. La investigación podría derivar en una nueva sanción a Microsoft (que hace poco sufrió un revés al mantenerse una sanción de varios cientos de millones de euros por no ofrecer información de su sistema). Eso sí, el hecho de repetirse la infracción podría elevar el montante de la multa incluso hasta un 10% de la facturación anual de Microsoft.
Esto significaría, por poner un ejemplo, que Microsoft podría llegar a pagar más de 5.000 millones de euros de multa si tomamos en consideración los ingresos conseguidos por la compañía en el año fiscal de 2011. Aunque lo más seguro es que no se alcance este extremo, la multa podría suponer un grave golpe para la economía de la empresa (aunque el tamaño de Microsoft le confiere un gran margen de maniobra).
Pese a que la Comisión Europea espera avanzar de la forma más rápida, es probable que tengamos que esperar varios años a que se produzca una conclusión de este caso. Microsoft ha querido mantener la fuerza de su navegador Internet Explorer a través de todas sus armas (la mejor de las cuales es Windows). No obstante, durante los últimos años ha sufrido el ascenso de su principal competidor, Google Chrome, que ha conseguido arrebatarle la primera posición de mercado gracias a una gran campaña de marketing y a su innovación constante. La gran esperanza de la compañía está en la salida de Windows 8 y en el rendimiento que pueda dar la integración de Internet Explorer 10 dentro de este sistema.