Microsoft acusa a Google de espiar

La polémica está servida. A las informaciones publicadas el viernes por The Wall Street Journal, que acusaban a Google de vulnerar la seguridad de Safari para rastrear la navegación de los usuarios, se unen ahora las acusaciones de Microsoft que asegura que el gigante de las búsquedas también estarí­a utilizando un tipo de software similar para conseguir vulnerar la protección de Internet Explorer 9 y poder espiar a los internautas sin su consentimiento. Todo ello con el objetivo de mostrar publicidad personalizada a la hora de navegar.

La respuesta de Google no se ha hecho esperar. La compañí­a ha lanzado un comunicado en el que se defiende de las acusaciones de la compañí­a de Windows, acusando a su vez de Microsoft de no revelar toda la verdad sobre el protocolo de privacidad que utiliza el navegador Internet Explorer. El protocolo tiene el nombre de P3P y está vigente desde el año 2002. Según Google, se trata de un método que ya no es operacional ya que no es compatible con la navegación moderna. De hecho, según un estudio de Carnegie Mellon citado por la compañí­a de Internet en 2010 ya existí­an 11.000 webs que no eran compatibles con la polí­tica de seguridad P3P de Microsoft.

Microsoft acusa a Google de rastrear la navegación

El navegador Internet Explorer 9 cuenta con una opción anti-rastreo que según la compañí­a es capaz de  evitar que Google investigue la navegación. Sea como fuere, da la impresión de que la compañí­a de Windows ha aprovechado la situación que se ha creado en estos últimos dí­as para lanzar todaví­a más leña al fuego y dañar la imagen de Google. Microsoft está librando una feroz batalla con su rival para conseguir mejorar su posición dentro del mercado de las búsquedas, en el que Bing todaví­a cuenta con una cuota de mercado mucho menor que el de Google a pesar de la enorme inversión que se está realizando.

A pesar de que la maniobra de Microsoft parece derrumbarse fácilmente, no lo es tanto el hecho de que Google ha estado espiando a los usuarios del navegador Safari (navegador de Apple) incluso aunque los internautas hayan mostrado que no quieren ser rastreados. El caso, destapado hace unos dí­as por el prestigioso diario The Wall Street Journal, ya ha sido reconocido por Google. La compañí­a lo achaca a un error en su software en el modo en el que se gestionan las cookies de Safari. La compañí­a ha subsanado rápidamente el problema.

Aún así­, Google vuelve a estar involucrado en un asunto de espionaje (no hay que olvidar que hace un tiempo se descubrió que la empresa utilizaba su furgoneta de Google Sites para espiar datos de las conexiones de los internautas). La compañí­a podrí­a ver como su imagen vuelve a deteriorarse por este asunto, y dejar en agua de borrajas sus esfuerzos por lavar su cara a través de la llegada al puesto de CEO de uno de los fundadores del gigante de las búsquedas. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos en las próximas semanas.