Adobe ha anunciado que reestructurará su plantilla durante los próximos meses. En concreto, acabará con cerca del 9% de su plantilla, o lo que es lo mismo, 750 empleados tendrán que abandonar su puesto. Esta decisión controvertida se debe a un movimiento estratégico. Poco tiene que ver con los despidos que están llevando a cabo otras empresas como RIM o TomTom. De hecho, la empresa anuncia en el mismo comunicado que espera conseguir un récord en sus ingresos durante su cuarto trimestre fiscal.
Una situación que indigna, a pesar de que el funcionamiento de muchas empresas se basa exclusivamente en los resultados (todavía quiero creer en que hay empresas con más motivaciones que éstas). El caso es que este despido masivo se debe a la intención de la empresa de situarse mejor en los mercados de los medios digitales y del marketing digital, segmentos en los que la compañía quiere aprovechar sus expectativas de crecimiento.
Claro que en la actual situación económica en la que nos encontramos, que una de las empresas tecnológicas que goza de buena salud se decida a acometer una reestructuración resulta más que preocupante. Estos despidos le costarán a Adobe alrededor de 65 millones de euros en materia de compensaciones económicas y cierre de fábricas. Un coste que contrasta con los ingresos que espera conseguir la compañía en su cuarto trimestre fiscal, que ascienden a los 825 millones de euros.
Así las cosas, la empresa de software pasará por un proceso de transición en los siguientes meses. Una de las decisiones que pueden suponer un mayor cambio es la de abandonar el desarrollo de Flash para dispositivos móviles, debido al poco apoyo que está recibiendo por parte de Apple y también de Microsoft con su Windows 8. Los responsables del sistema operativo anunciaron que su navegador para tabletas no será compatible con Flash. Una decisión que ha hecho tambalear a Adobe, ya que Flash ha sido uno de sus principales puntos de apoyo durante los últimos años.
