Acer ha inaugurado su fábrica en Chongqing, una de las principales ciudades de China y la más importante del interior del país. Se trata de un paso vital en la estrategia del fabricante para los próximos años, ya que las expectativas son utilizar esta fábrica para producir a finales de 2011 entre un 30% y un 40% de todos los portátiles y netbooks de Acer. Y eso, teniendo en cuenta que estamos hablando del segundo fabricante de ordenadores a nivel mundial, resulta algo más que considerable.
La empresa está afrontando un proceso de cambio muy profundo, que empezó sobre todo a raíz de la dimisión de su antiguo hombre fuerte, Gianfranco Lanci. Precisamente el ex CEO habló hace poco en una entrevista de que dentro de la empresa existían tensiones sobre el punto que él denominó «destaiwanización» de la empresa, muy ligada al panorama tecnológico de Taiwán, y según Lanci, reacia a valerse de personal y recursos de países emergentes como India o China.
Una acusación que parece caer por su propio peso (al menos en parte) con la inauguración de esta fábrica. La ciudad de Chongqing cuenta con una municipalidad de 31 millones de personas (se dice pronto), y está muy bien conectada en materia de transporte (el transporte hasta Europa Occidental de material por tierra tardaría trece días) y comunicaciones. Situada en el sureste de China, la ciudad ofrece grandes oportunidades en cuanto a personal y recursos como electricidad o agua.
Hoy en día China es un actor ineludible de la globalización. Supone una oportunidad muy apetecible a nivel de recursos humanos y de rentabilidad, ya que cuenta con una potencia de trabajo enorme (no en vano es el país más poblado del mundo) y una mano de obra más barata que en otros países. Pero no solo hablamos de los puestos menos complejos de la producción: China está multiplicando a pasos agigantados el número de personal cualificado que sale de sus universidades. Parece claro que este país es clave para el futuro de cualquier actor global, en este caso Acer.