La crisis ha llamado a la puerta de muchas empresas, y las tecnológicas tampoco se libran, a pesar de la fuerza de algunos segmentos como el de los ordenadores o el de los móviles. Japón es uno de los paí­ses que más se ha resentido de las consecuencias de este periodo, y sus empresas punteras no son una excepción. Los resultados de Toshiba han sido más bien pobres durante estos años y ha decidido realizar una reestructuración de su negocio de chips.

Para ello, ha decido externalizar una parte de sus recursos para que sea Samsung quien los fabrique. En la actualidad, Toshiba es el tercer fabricante de chips del mundo por debajo, precisamente, de Samsung (el primero es por supuesto Intel). Una alianza extraña pero que puede resultar beneficiosa para ambos. En el caso de Samsung,  le ayuda a expandirse en el mercado de los microprocesadores, y Toshiba podrá liberar recursos para dedicarlos a otros campos. El fabricante japonés seguirá diseñando los sistemas de microprocesadores.

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Pero este no es el único movimiento que va a llevar a cabo la empresa dentro de este terreno. Y es que también ha decidido vender una de sus lí­neas de producción de chips a Sony. Lo paradójico del caso es que se trata de una reventa, ya que Toshiba se la compró hace dos años por el doble de dinero por la que ahora la vende (830 millones de euros antes y 450 millones ahora).

Toshiba tiene varios retos por delante para volver a ser más competitivo en el mercado. Uno de ellos está en el segmento de los tablets, en el que su propuesta Toshiba Folio 100 no ha destacado especialmente (un dispositivo con una interfaz poco intuitiva y respuesta regular). En donde ha crecido es en el segmento de los portátiles profesionales, al menos en España, donde ha experimentado un gran crecimiento en los últimos meses.