Google ha decidido desprenderse de la división de decodificadores de televisión de Motorola, en un paso más en su intención de aligerar el portfolio de productos de este fabricante por el que pagó cerca de 8.700 millones de euros. La empresa especializada en soluciones de comunicación Arris adquirirá la división Motorola Home por 1.800 millones de euros. Se trata del último movimiento de Google para adelgazar Motorola, desde que se hiciera con sus riendas de manera definitiva el pasado mayo. El acuerdo está sujeto a que las autoridades pertinentes den su aprobación y se podría cerrar a lo largo del segundo trimestre de 2013.
El acuerdo de venta ya ha sido aprobado por las juntas directivas de Arris y Google. Los 1.800 millones de euros que recibirá la dueña de Motorola se dividirán en una cantidad de algo más de 1.500 millones en efectivo y el resto en acciones de la compañía de telecomunicaciones. Así, Google contará con una participación del 15,7% dentro de esta compañía. El gigante de Internet ha defendido la rentabilidad del negocio de decodificadores de televisión de Motorola, que consiguió unos ingresos de algo más de 2.500 millones de euros en el último año (contando los resultados hasta el fin del tercer trimestre de este año).
A estas alturas, pocos son los que dudan ya de que el principal motivo de la compra de Motorola (en lo que supuso la adquisición más cara de la historia por parte de Google) fue la extensa cartera de patentes de este fabricante, un arma muy importante en los eternos conflictos legales por propiedad intelectual que están teniendo las principales compañías del mundo de la tecnología. A pesar de que los responsables de Google afirmaron en su momento que la decisión de compra no se había tomado en base a las patentes, lo cierto es que todos los movimientos que se han realizado desde entonces apuntan a esta dirección.
Para mejorar su rentabilidad, Google decidió comenzar a reducir la pesada carga de esta compañía a través de numerosos despidos y del cierre de una gran cantidad de filiales en países como España, reduciendo al mínimo el campo de venta de Motorola. También se especulaba con que Google utilizara las capacidades de la compañía para fabricar sus móviles y tabletas Nexus, pero hasta ahora se ha seguido confiando en otras compañías como Asus (para su Google Nexus 7) y Samsung (para su Google Nexus 10). En este punto, puede jugar un papel clave el equilibrio en el que se mueve la compañía del buscador con su sistema operativo Android. Un movimiento más agresivo a través de Motorola podría provocar que los fabricantes le vieran como un rival en vez de un alíado y decidieran apostar por otras plataformas como Windows Phone.
Sin duda, se trata de una situación extraña, ya que la posibilidad de que Google se aventure a convertirse en un competidor directo de otras plataformas en el campo móvil es una amenaza que podría afectar seriamente a los fabricantes, y más teniendo en cuenta los buenos resultados que están generando los últimos integrantes de la familia Nexus.