Corren tiempos turbulentos en HP. La compañí­a estadounidense ha denunciado irregularidades en la empresa Autonomy, que adquirió hace un año por algo menos de 8.000 millones de euros. Los responsables de esta compañí­a de software podrí­an haber inflado la capacidad económica de Autonomy para obtener un mejor precio a la hora de la venta. HP ha debido incluí­r en sus resultados una partida de gastos extraordinaria de varios miles de millones de euros para hacer frente a la valoración real de Autonomy. Ahora es la justicia británica y estadounidense la que estudiará si se incurrió en fraude durante el proceso de compra de esta compañí­a.

Autonomy es uno de los mayores legados que dejó para HP el paso de su ex CEO Leo Apotheker. Este ejecutivo tení­a una visión de futuro para la compañí­a muy orientada al desarrollo de software en el ámbito profesional, y la compra de la empresa británica estaba destinada a mejorar sus posibilidades dentro de este mercado (Autonomy es una empresa que se especializa en programas para gestionar los flujos de información empresarial y buscar y obtener valor de datos inestructurados). La compra de esta compañí­a el año pasado le ha costado a la empresa estadounidense algo menos de 8.000 millones de euros, y fue una operación que aprobó de manera unánime toda la junta directiva de HP, de la que también formaba parte la actual CEO Meg Whitman.

A pesar de la salida de Leo Apotheker de la compañí­a el año pasado, tras haber realizado unas declaraciones abriendo la posibilidad a que HP vendiera la división de ordenadores y apostara por completo por el campo del software, con la llegada de Meg Whitman Autonomy ha seguido siendo una pieza importante para el desarrollo de la compañí­a. Eso sí­, la compañí­a ha denunciado varias irregularidades financieras dentro de esta organización que le han llevado a adoptar un gasto extraordinario de algo más de 6.800 millones de euros para equilibrar las cuentas.

Según esta idea, Autonomy habrí­a falseado sus cuentas para inflar su valor y su capacidad de generar dinero. Las reacciones han sido diversas. Leo Apotheker se ha declarado consternado por esta información, y ha querido recordar que se llevaron a cabo diversos estudios de la empresa por parte de firmas de prestigio antes de que se realizara la compra. Meg Whitman afirmó que pese a estos estudios es difí­cil descubrir estas prácticas antes de comenzar a dirigir la empresa, y aseguró haberse arrepentido de haber votado a favor de la compra de Autonomy en su momento. Aun así­, quiso destacar el valor estratégico que tiene esta compañí­a para HP.

Por otro lado, el CEO de Autonomy durante los tiempos en los que se produjo el acuerdo negó estas acusaciones y consideró que este movimiento es una cortina de humo para tapar los malos resultados de la multinacional estadounidense. Sin duda, este es un asunto que puede alargarse mucho en el tiempo y que resalta la mala gestión que se produjo en HP durante los meses que estuvo Apotheker en el cargo (su anuncio de que estaba pensando en vender la división de ordenadores de la compañí­a fue un verdadero terremoto). Ahora, quien debe pronunciarse es la justicia. HP ha pedido a las autoridades británicas y estadounidenses que estudien las presuntas irregularidades de Autonomy.