LG Optimus L7

LG Electronics ha presentado sus resultados económicos del segundo trimestre de este año. Durante este periodo la compañí­a surcoreana ha conseguido aumentar su beneficio en casi un 50% respecto al mismo periodo de 2011. No obstante, sus resultados están por debajo del primer trimestre, lo que ha generado cierta desconfianza entre los inversores. Además, la compañí­a ha sufrido de nuevo el mal funcionamiento de su división de móviles, un campo que no termina de despegar a pesar de los esfuerzos de LG.

La compañí­a de electrónica atraviesa un periodo de reestructuración importante, que le está llevando a empeorar sus ingresos pero mejorar los beneficios que obtiene por sus productos. Uno de los campos en los que esté cambio es más evidente es en el de móviles. Los ingresos de esta división han caí­do un 28,5% respecto al mismo periodo del año pasado y han vuelto a incurrir en pérdidas, algo que se ha traducido en la pérdida del tercer puesto (que ahora recae en el fabricante chino ZTE). Y la previsión para los próximos trimestres es que la compañí­a siga arrastrando los resultados de una división que le ha hecho perder cientos de millones de euros en los últimos años.

LG

La división de móviles es un campo muy castigado por la dura competencia. La apuesta de LG por el sistema operativo móvil Android no está generando los resultados deseados, sobre todo porque Samsung se ha erigido como la primera y principal opción en caso de comprar móviles con este sistema.

También resulta una amenaza para los próximos meses la posibilidad de que el iPhone 5 (que seguramente saldrá durante otoño) robe protagonismo a los móviles estrella que pueda lanzar la compañí­a coreana. Pese al impacto negativo de esta división en los beneficios de la empresa, LG ha conseguido aumentar en cuatro veces los beneficios en los primeros seis meses del año (respecto a 2011).

No son tan halagí¼eños los resultados si nos fijamos en las ventas totales. LG consiguió durante los meses de abril, mayo y junio 9.200 millones de euros, una cantidad que es inferior en un 10,6% respecto a los 10.300 millones de euros del mismo periodo de 2011. Esta caí­da en su facturación se compensa con el aumento de sus beneficios en un 46%, hasta los 114 millones de euros. Pese a la evidente mejora, está por ver el camino que seguirá la compañí­a a partir de ahora, ya que la caí­da de sus ventas podrí­a continuar en los próximos meses y empeorar la confianza de los inversores.

Las claves de este cambio, según la propia compañí­a, han estado en centrarse en el desarrollo de productos de primer nivel, que puedan ofrecer unos mayores márgenes de beneficios, reducir los costes dentro de la empresa y un enfoque claro en los mercados en desarrollo, que en estos momentos suponen una apuesta mucho más atractiva que mercados saturados y en una evidente contracción como ocurre con Europa.

Uno de los principales baluartes de LG en la actualidad es el negocio de televisores, que es uno de los pocos segmentos de la compañí­a que crece de manera notable y que ha conseguido duplicar sus ingresos respecto al mismo periodo del año pasado.