Es la principal conclusión a la que llega la prestigiosa analista Gartner en sus previsiones para los próximos años de este importante mercado que vertebra los equipos tecnológicos (sobre todo los ordenadores). 2012 será un año negro para el mercado de los semiconductores, con una bajada de casi el 20%, una realidad de mercado muy diferente a la que llevó a este segmento a experimentar un crecimiento de casi un 120% en el año 2010.
En total, se estima que el gasto en semiconductores alcanzará 39.000 millones de euros en el año 2012, una cifra inferior a los 43.000 millones de euros de 2010 y también a los 49.000 millones de euros que se conseguirá en el año presente, según las últimas previsiones. Precisamente, los fabricantes han conseguido capear la precaria situación que ha generado tanto la crisis del mercado de los ordenadores como el desastre acaecido en Japón durante el mes de marzo, una catástrofe que golpeó seriamente a la industria japonesa pero ante el que el país asiático ha sabido sobreponerse.
El segmento cerrará el año con un gasto total de 49.000 millones de euros, un crecimiento de dos digitos frente al año anterior (un 13,5%). Una realidad muy distinta de lo que se vivirá en 2012. Los fabricantes no conseguirán hacer frente a la prolongada crisis de los ordenadores (que ha dejado unos stocks de productos muy grandes sin venderse) y también a las inundaciones que se produjeron en Tailandia y que han provocado un corte muy grande en la línea de suministros de discos duros (Tailandia es el segundo productor mundial de discos duros).
Aunque por línea general realizar previsiones a más de un año para el mercado tecnológico es apuntar a un blanco en continuo movimiento, Gartner considera que en 2013 el mercado experimentará un aumento del 7,9%, pese a lo que el segmento no logrará mejorar los números de 2011, por lo menos, hasta 2016 (en 2013 subirá de nuevo casi un 3% y en 2014 volverá a caer un 2%). Sea como fuere, lo que queda claro es que este mercado tardará mucho en recuperar el esplendor de los años anteriores, a menos de que haya un cambio de tendencia muy marcado.
