La penetración de banda ancha se ralentiza. La adopción de esta tecnologí­a en los 34 miembros paí­ses de la OCDE descendió del 10% de media en 2009 a un 6% en 2010, aunque los paí­ses con menor penetración siguen manteniendo buenos números, entre ellos España. Mucho menos positiva es la consideración de España como el paí­s en el que los precios de la banda ancha son menos competitivos en relación al poder adquisitivo.

En concreto, España tiene las ofertas más caras de todo el conjunto de paí­ses de la OCDE (comparándolo con el nivel adquisitivo) con 44 dólares de media (poco más de 30 euros) según datos de septiembre del año pasado. Una noticia que ya no sorprende a nadie pero que debe hacer reflexionar y mucho a nuestro gobierno. La penetración de banda ancha en España durante 2010 aumentó un 10,2%, algo menos que en Portugal (en el paí­s vecino la penetración creció un 11%).

Por otro lado, en nuestro paí­s la penetración de banda ancha actual se sitúa en el 27,8%, bastante por debajo de los lí­deres en estos porcentajes, Corea del Sur (89%) y Finlandia (84%). Corea del Sur lleva la delantera en este tipo de tecnologí­as, y ya tiene la intención de instaurar conexiones de 1 GB para 2012. A pesar de ello, España está por delante de algunos paí­ses importantes, como es el caso de Alemania con un 26%.

La razón de que haya disminuido la tasa de crecimiento estriba sobre todo en la saturación de los mercados de algunos paí­ses. No obstante, el informe destaca la recuperación del sector de las telecomunicaciones y la proliferación de Internet en los móviles y de las ofertas combinadas (teléfono, Internet y televisión). En España se pretende dar un impulso a la banda ancha a través del plan del gobierno de ofrecer acceso universal a la banda ancha, aunque la velocidad que se baraja es más que decepcionante.