Apenas empiezan a asomar la cabeza los primeros portรกtiles con el sistema operativo Chrome OS y ya han surgido las primeras crรญยญticas de los especialistas de varios periรณdicos y revistas de tecnologรญยญa. Algo que, por otro lado, es normal si tenemos en cuenta que nos encontramos con un sistema operativo nuevo y una concepciรณn revolucionaria, que basa toda su fuerza en el trabajo conectado a la red.

Precisamente esta es la crรญยญtica en la que coinciden la mayorรญยญa de medios especializados como Bloomberg o Computerworld, ya que los usos que se pueden hacer de este sistema fuera de su conexiรณn a Internet se reducen drรกsticamente, por mucho que Google permita utilizar aplicaciones como Google Docs sin conexiรณn. Aun asรญยญ, es claro que la esencia de estos nuevos portรกtiles estรก intimamente unida a la red.

Uno de los problemas de este sistema estriba en la confianza, ya que los datos estรกn guardados en los servidores de Google y esta idea todavรญยญa genera mucho recelo. Y eso a pesar del atractivo que supone poder deshacerse de la necesidad de comprar y actualizar sistemas operativos o aplicaciones de escritorio. Una necesidad que puede no suponer un gran ahorro segรบn un especialista de New York Times, que toma en consideraciรณn los gastos asociados a la conexiรณn.

A pesar de estas crรญยญticas, tambiรฉn hay medios que consideran la salida de los portรกtiles con Chrome OS como una revoluciรณn dentro de la manera en la que trabajamos con el ordenador. Pero tengo la impresiรณn de que mรกs que preguntarse si estamos ante una revoluciรณn o no, la pregunta correcta es si Chrome OS ha llegado demasiado pronto o en el momento justo. La respuesta llegarรก en los prรณximos meses.