Windows Phone 7 levanta los primeros murmullos de decepción entre los analistas. El esperadísimo sistema operativo móvil de Microsoft no ha conseguido vender lo esperado el día de su lanzamiento (el 8 de noviembre) y tampoco en el resto de la semana. Las cifras que se barajan son 40.000 unidades vendidas en ese primer día, una cifra muy alejada de las previsiones teniendo en cuenta que Microsoft espera que se vendan antes de fin de año 30 millones.
A pesar de que estos datos no son oficiales, ya han surgido las primeras voces que hablan de “decepción” y “fracaso” entre los analistas. Parece un juicio muy precipitado, y más teniendo en cuenta que la fecha elegida para la salida fue un lunes (lo normal es escoger un viernes o un sábado cuando las ventas son mayores).
Sea como fuere, la presentación de Windows Phone 7 se ha envuelto de un halo espectacular (viva la publicidad), casi como si fuera el producto estrella y no un sistema operativo para móviles. Y eso ha podido desplazar a un segundo plano la salida de móviles con este sistema, como es el caso del Samsung Omnia 7 o el LG Optimus 7Q. No hay que olvidar que el Windows Phone 7 no es el iPhone.
El gigante de los sistemas operativos se ha gastado ya más de 100 millones de dólares (cerca de 75 millones de euros) en la campaña promocional de Windows Phone 7. No hay que olvidar que es un campo, el de los móviles, en el que ha perdido mucha presencia en los últimos tiempos. Sobre todo, desde la salida de Android, que ha revolucionado el mercado y ha dejado atrás a Microsoft.
