Cada vez se hace más importante tener una contraseña lo bastante segura como para evitar los robos de datos, aunque demasiadas veces se opta por la más sencilla para no perder tiempo a la hora de escribirla o recordarla. Para elegir la contraseña más correcta, ESET ha elaborado una serie de consejos que pueden resultar útiles tanto para usuarios normales como para profesionales que quieran mantener a salvo sus datos.
En primer lugar (y aunque muchos sitios web lo exigen) es importante que la contraseña sea al menos de siete caracteres. Entre ellos, lo ideal es mezclar dígitos numéricos con letras (por ejemplo victor y 19845 = v1i9c8t4o5r) pero también se pueden mezclar dos palabras de la misma forma. Otra idea es escribir mal una palabra, cambiando algunas letras por símbolos de forma expresa (por ejemplo, victorsanchez se volvería v4ctor8anchez).
Todos estos consejos entran dentro del campo del sentido común. Sin embargo, muchos de nosotros caemos en las contraseñas más sencillas por una cuestión de pragmatismo o pura pereza (hace un tiempo un hacker consiguió piratear millones de cuentas de correo introduciendo las contraseñas más comunes). Dentro de las cosas que no se deben hacer, el primer consejo es evitar las palabras o fechas que tengan relevancia o que se puedan asociar fácilmente con uno mismo, entre ellas nombres de familiares, de famosos o canciones, y un largo etcétera.
Por supuesto, también es necesario evitar el nombre o parte del nombre propio, y lo mismo con el nombre del usuario o cuenta de correo. Al final, lo importante es que reine el sentido común y la exhaustividad a la hora de elegir la contraseña. Empresas como Facebook sufren muchos agujeros en su seguridad y están inventando nuevas formas de evitar las violaciones de privacidad, como probar a enviar contraseñas temporales en el caso de tratarse de redes públicas.
