El comercio electrónico se ha convertido en una realidad en los últimos tiempos, y sus í­ndices de crecimiento muestran que se va a convertir en una pieza clave en los próximos años, aunque su importancia respecto a las ventas que se realizan de forma fí­sica sigue siendo muy inferior (según un estudio que analizamos aquí­ el porcentaje respecto al volumen total en España era de poco más del 1%). Todaví­a existen muchas reticencias respecto a un medio que se percibe por muchos usuarios como inseguro y que todaví­a no está lo suficientemente regulado.

Sin embargo, también es un medio que permite una comodidad mayor, y que ofrece grandes oportunidades en cuanto al precio a los usuarios con la suficiente paciencia como para buscar en Internet las mejores ofertas. Para disminuir el riesgo de que la compra sea un mal negocio, te ofrecemos una serie de consejos para mejorar la seguridad en la compra. En primer lugar, no hay que olvidarse de leer nunca las condiciones generales de compra (algo que al final muchos terminamos por obviar), y en el caso de no encontrarlas no correr el riesgo de comprar en la página.

En segundo lugar, hay que fijarse en las posibilidades de contacto que permite la página, e incluso hacer uso de ellas en caso de tener alguna duda. La calidad del contacto puede ser una medida para afrontar el riesgo de realizar una compra. También hay que fijarse en la calidad de la propia página web, que aunque no supone un factor determinante, siempre es preferible evitar las transacciones en páginas que tengan un diseño y una profesionalidad deficientes.

Por último, hay que vigilar los modos de pago a través de las cuales trabaja la página web, como también las empresas de mensajerí­a con las que realiza el enví­o. Existen plataformas de pago que protegen a los usuarios de las compras fraudulentas, como es el caso por ejemplo de PayPal o de varias entidades bancarias.