Presión polí­tica Google

La FTC (Comisión Federal del Comercio) ha determinado tras una larga investigación de casi dos años que las prácticas de Google con su buscador no vulneran las leyes de la competencia. El organismo estadounidense ha considerado que los movimientos de la compañí­a para reforzar su presencia en el mercado son prácticas que buscan reforzar la innovación de los productos de Google y la experiencia de los usuarios. Una conclusión en la que podrí­a haber influido la fuerte labor de lobbying que ha realizado la compañí­a durante este tiempo, y que le ha llevado a gastar algo más de 19 millones de euros.

Un lobby es un grupo de presión que intercede e influye en la Administración Pública en busca de una resolución favorable a sus intereses. Esra práctica está regulada en Estados Unidos (es completamente legal) y cuenta con una extensa tradición. Aquí­ en Europa se ha comenzado a regular esta realidad desde hace poco tiempo, y todaví­a es una práctica incipiente. Según se recoge en TheNextWeb, Google habrí­a gastado durante los veinte meses que duró la investigación de la FCC una cantidad cercana a los 25 millones de dólares (algo más de 19 millones de euros), una cantidad relativamente pequeña si lo comparamos con el dinero que gana esta compañí­a anualmente.

Eso sí­, durante los últimos años se está multiplicando el gasto que la empresa del buscador realiza en este tipo de prácticas, aunque visto el resultado de esta investigación se trata de un movimiento muy favorable a los intereses de la empresa. La resolución de la FCC considera que los cambios en el algoritmo de Google, incluso cuando en algunos casos han afectado a los competidores directos de la compañí­a, están pensados para mejorar la innovación y la experiencia de uso de los productos de la compañí­a, y no atentan contra la competencia.

Algoritmo de Google

También se han recogido en esta investigación las prácticas de Google de lanzar resultados personalizados de su propia red social en detrimento de otras. Este movimiento fue muy criticado por competidores como Twitter o Facebook, e incluso se lanzó una herramienta llamada «Google don’t be evil» que integraba los resultados de estas redes para mostrar búsquedas más relevantes. Por poner un ejemplo, a veces se poní­a por delante un perfil de Google+ de un artista conocido con un millón de seguidores frente a una cuenta de Twitter o Facebook que contaba con decenas de millones de seguidores.

Por otro lado, tampoco se ha hecho esperar la respuesta del principal competidor en las búsquedas de Google, Microsoft. La empresa del buscador Bing ha considerado que la decisión de la Comisión Federal del Comercio es débil e inusual, ya que solo se han aplicado algunas medidas menores que Google ha accedido a cambiar de manera voluntaria en su polí­tica de búsqueda y publicidad, además de un acuerdo por el que se compromete a no utilizar las patentes como arma para golpear a sus rivales. Microsoft ha reiterado que la FTC tení­a que haber exigido que Google firmara un documento vinculante para llevar a cabo estas medidas. Unas quejas que caerán en saco roto. Eso sí­, la esperanza de Microsoft es que otras investigaciones abiertas como la de la Comisión Europea generen medidas más duras. Habrá que esperar unos meses a ver cómo se desarrolla esta investigación.