Google

El mercado de las búsquedas en Internet ha estado dominado desde hace años por Google. La compañí­a del buscador contabiliza más de dos de cada tres búsquedas que se realizan a nivel mundial, y su dominio en mercados como el europeo es todaví­a mayor. De hecho, más de un 95% de las búsquedas que se realizan en el viejo continente se realizan a través de este buscador. Con esta situación, es normal que surjan muchas suspicacias sobre las prácticas de la empresa a la hora de aprovechar su posición para obtener un rendimiento económico y potenciar otros servicios de Google. La Comisión Europea sigue inmersa en una investigación que abrió hace ya casi tres años y que trata de dilucidar el posible abuso de posición dominante que ejercerí­a la compañí­a al mostrar los anuncios en las búsquedas y al colocar sus servicios en posiciones más aventajadas.

Consciente de que los problema con la Unión Europea pueden eternizarse y acabar de minar su negocio a largo plazo a través de multas o restricciones, Google habrí­a decidido proponer a la Comisión Europea etiquetar todos los resultados de búsqueda que incluyan contenido propio para evitar equí­vocos. Según se afirma desde Financial Times, la propuesta habrí­a surgido tras la petición del presidente de la Comisión Joaquí­n Almunia de que Google realice concesiones para mostrar su voluntad de acabar con este problema.

Google

La propuesta consistirí­a en incluir el logo de Google en todos los resultados de búsqueda que obedezcan a información sobre los diferentes servicios de la compañí­a (como por ejemplo los mapas o la información del tiempo). De este modo se diferenciarí­an de los resultados de la competencia y el usuario sabrí­a en todo momento si está viendo resultados de la empresa. Claro que las primeras respuestas desde la competencia no se han hecho esperar. Esta medida se considera claramente insuficiente por la importancia de la posición en los resultados de búsqueda. Un competidor que permanezca (a pesar de esta concesión) en un puesto alejado de la primera página apenas tendrá probabilidades de que el usuario acceda a sus servicios.

Otras preocupaciones de la Comisión Europea incluyen la dificultades que experimentan las compañí­as para mover sus campañas de publicidad a otros motores de búsqueda o la posibilidad de que desde Google se bajen de nivel los resultados que corresponden a empresas de la competencia. De momento, la empresa del buscador no ha confirmado oficialmente que vaya a incluir su logo en los servicios propios y se ha limitado a afirmar que siguen comunicándose con la Comisión para alcanzar acuerdos que terminen con la investigación. Pero no parece que el final de esta historia este próximo, teniendo en cuenta el impresionante dominio que ejerce Google sobre las búsquedas en Europa (diecinueve de cada veinte búsquedas se realizan en su motor) y la complejidad del asunto. La situación es diferente en Estados Unidos, donde tanto Yahoo como Bing tienen una cuota de mercado conjunta de cerca del 30%.