Intel ha decidido recortar sus previsiones de ventas para el tercer trimestre de 2012. Esta revisión de la compañía de semiconductores se debe a varios factores que están afectando la capacidad competitiva de la empresa como por ejemplo el mal momento del mercado de los ordenadores (en particular el segmento profesional) o el hecho de que los mercados emergentes no están respondiendo como se esperaba. Estos factores han provocado una rebaja en sus previsiones económicas por debajo de lo conseguido en el segundo trimestre. Según ha anunciado la compañía, el único segmento en el que esperan que se cumpla con las expectativas es el negocio centrado en las bases de datos.
El gigante de los semiconductores tiene por delante un difícil periodo de transición. La compañía ha asistido con cierta preocupación al crecimiento exponencial de los dispositivos móviles como smartphones y tablets. En el segundo caso, estos equipos se están convirtiendo en una seria amenaza para la venta de ordenadores portátiles. Intel tiene en estos dos segmentos una presencia minoritaria, y a pesar del lanzamiento de nuevos chips de bajo voltaje no parece que la compañía vaya a conseguir hacerse con una buena posición en el mercado en poco tiempo.
La compañía espera lograr para el tercer trimestre unos ingresos de alrededor de 10.000 millones de euros, una cifra que está unos 760 millones por debajo del rango en el que esperaba colocarse. Además, esta cifra también está por debajo de los ingresos que logró Intel en el segundo trimestre, y que se situaron en los 10.275 millones de euros. Uno de los factores clave a los que achaca Intel estos malos resultados está en la mala situación del segmento profesional dentro del mercado de los ordenadores. Durante los últimos tiempos, este segmento se había convertido en un baluarte firme que mantenía la buena salud de las ventas de ordenadores.
Pero la situación económica global ha terminado por dañar de manera ostensible las ventas de ordenadores tanto en el campo del consumo (que es el que primero ha caído) como en el profesional. Otro de los aspectos que han provocado este anuncio por parte de Intel es el hecho de que los mercados emergentes no están absorbiendo tanta demanda como se esperaba, lo que unido a la crisis económica que estamos experimentando en Europa (en algunos países más que en otros, todo hay que decirlo) ha generado un panorama bastante negativo.
Pero también existe una lectura que puede generar cierto optimismo. Nos encontramos en el trimestre anterior a la salida del nuevo sistema operativo Windows 8, por lo que es normal que muchos usuarios (e incluso empresas) paralicen las compras de equipos con Windows 7 a la espera de conocer de primera mano las capacidades reales de Windows 8 para convertirse en un nuevo impulsor del mercado de los ordenadores. Aunque se ha hablado y mucho sobre el aspecto visual y más orientado al consumo de este sistema, Windows 8 también cuenta con una serie de capacidades pensadas para el segmento profesional (y unas mejoras evidentes en la gestión del sistema y en la transferencia de archivos). El cuarto trimestre marcará la situación real del mercado y la capacidad de los ordenadores de seguir creciendo.