Big Data y cloud

Los tiempos cambian. Las antiguas estructuras informáticas de las empresas dejan su lugar a nuevas soluciones más dinámicas y que están reinventando el modo en el que se almacenan y gestionan los datos. Algunos de los pilares en los que se están sustentando estos cambios tecnológicos -y también de mentalidad- son la virtualización, el cloud o la nube y recientemente una nueva tendencia muy relacionada con el business intelligence llamada «big data». Para explicar estos conceptos hemos contado con la ayuda de Alejandro Giménez, Country Technology Officer de la compañí­a EMC.

La compañí­a estadounidense cuenta con una experiencia de más de 30 años en el campo del almacenamiento empresarial. En palabras de Alejandro Giménez, «giramos alrededor del dato y la información». A pesar de que este es sin duda su negocio principal, con el paso del tiempo se han abierto nuevos caminos dentro del segmento del business intelligence, la seguridad o la recuperación de datos. Uno de los asideros más fuertes de los que se ha valido EMC para este desarrollo está en sus adquisiciones, que siempre se han dirigido a integrar y expandir su oferta.

Alejandro Giménez

Precisamente, la compañí­a ha tenido mucho que ver con el desarrollo de estas tecnologí­as que están transformando el campo empresarial a través de la compra de VMware en 2003. Esta empresa ha sido clave en la explosión de la tecnologí­a de la virtualización en los últimos años. La virtualización es «la capacidad de separar un sistema lógico del soporte fí­sico que lo contiene». Es decir, antes contábamos con cinco máquinas que tení­an cinco aplicaciones, pero ahora se hace posible contar con varias máquinas virtuales dentro de una misma máquina fí­sica. O sea, diversos sistemas virtuales comparten los recursos fí­sicos tales como almacenamiento, capacidad gráfica y de procesos, conectividad, etc

Esta tecnologí­a tiene varias ventajas, entre ellas el ahorro de costes, la rapidez a la hora de poner en marcha el software (ya sea sistemas operativos o aplicaciones) en los equipos y la mejor calidad de servicio. La gran explosión de la virtualización se produjo cuando VMware consiguió comenzar a virtualizar entornos Wintel. Se realizaron avances muy rápidos que permitieron, por ejemplo, mover un proceso o máquina virtual de un ordenador fí­sico a otro sin que los usuarios que la utilizan sufran interrupciones.

EMC Symmetrix

El nacimiento del cloud llega cuando los responsables de IT comienzan a ser conscientes de que no necesitan tener todas las máquinas en el mismo edificio para desplegar un entorno virtualizado. Se empieza a añadir distancia entre los ordenadores. Es el nacimiento de lo que se denomina cloud privada, ya que el control de todas las máquinas y procesos que se producen sigue siendo de los responsables IT de la empresa, es un servicio exclusivo para la compañí­a. Unido a este cambio fí­sico también viene asociado un cambio en la mentalidad de negocio: «Ya no es una infraestructura propiedad del usuario, es una infraestructura de la que el usuario utiliza unos recursos y paga por ellos». Nace la idea del consumo de recursos como un servicio. De ahí­ luego han surgido términos como SaaS (software como un servicio) o IaaS (infraestructura como un servicio).

Big Data

Ese cambio de mentalidad también significa que el cliente, al principio el cliente interno, demanda una cierta calidad de servicio, quiere saber el grado de funcionamiento que podrá obtener con dichos recursos. Y esa filosofí­a puede exportarse también a las nubes hí­bridas y las nubes públicas.

Si las distancias dejan de ser un problema, puedo encontrarme con que el servicio que necesito se ofrece fuera de la empresa con unas condiciones mejores, e incorporar algunos de estos servicios dentro de mi red. De forma que existen elementos que gestiona la propia empresa, y otros que vienen de fuera y dependen de otras compañí­as. Los dos tipos de elementos funcionan de forma federada. Las nubes públicas son aquellas en las que los datos están alojados por completo fuera de la red personal y la gestión de las estructuras se realiza de manera externa. Un ejemplo de nube pública, aunque no se ha llegado a considerar como tal, es el correo electrónico.

Una de las tecnologí­as que va a experimentar un importante crecimiento en los próximos años es Big Data. Según nos explica Alejandro Giménez, la concepción que existe actualmente es que se trata de algo muy relacionado con el Business Intelligence (gestión de datos del negocio). La diferencia fundamental entre ambos está en la cantidad de datos que se manejan (por algo se llama Big Data). Esta tecnologí­a recoge información de numerosas ví­as, son datos que no solo vienen de estructuras informáticas sino también de cámaras, dispositivos como GPS, información del contador de agua, etc…

Big Data

El nivel de complejidad es tan alto que se buscan datos relevantes para el negocio en lugares insospechados. Los tres pilares en los que se sustenta Big Data son el volumen, la variedad y la velocidad (Giménez añade un cuarto pilar muy importante, el valor). Un ejemplo: en Estados Unidos el censo resulta bastante complejo, quizá porque los estadounidenses tienen muy interiorizada la idea de que no les gusta que el Estado se inmiscuya en sus asuntos, y el número de inexactitudes que se produce sobre temas como el lugar en el que viven es bastante alto. Pues bien, la realidad es que a través de los datos recogidos sobre el consumo  de agua de las casas se han observado datos más fiables que los del propio censo. Es solo un ejemplo de como se pueden utilizar combinaciones de datos que en apariencia no tienen relación entre sí­ pero que ofrecen resultados muy interesantes para las instituciones.

Y para terminar, una reflexión. Giménez recuerda que hay que dejar de pensar que podemos poner un muro alrededor de nuestra información, los datos viajan y el modo en el que los gestionamos y accedemos a ellos está cambiando. Aunque utilicemos una estructura de seguridad tradicional, las fugas de información están a la orden del dí­a, y las brechas de seguridad se pueden producir de manera constante. «Básicamente, hoy en dí­a la seguridad en las infraestructuras tradicionales y en las infraestructuras cloud es la misma». La clave está en buscar aquellas estructuras que «ofrezcan una mayor calidad». Si quieres seguir a Alejandro Giménez, puedes leer el blog de EMC.

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