Corrupción en Olympus

Olympus, la compañí­a japonesa de equipos fotográficos, se encuentra sumida en el borde del abismo. El motivo, el escándalo que ha destapado su CEO hasta hace un mes, el empresario Michael Woodford. Tras su cese, el ejecutivo tuvo que huir de Japón por los rumores que colocaban a la Yakuza (la mafia japonesa) detrás de las malversaciones de la compañí­a. En una entrevista, Woodford ha hablado de su situación y del futuro de Olympus.

El ejecutivo destapó la caja de los truenos cuando denunció unas transacciones irregulares a una consultorí­a afincada en un paraí­so fiscal por valor de casi 500 millones de euros. Luego se supo que Olympus habí­a estado maquillando sus cuentas durante décadas al aumentar el valor de las empresas que adquirí­a por encima de lo que realmente pagaban. Tras el escándalo el presidente y el vicepresidente de la empresa tuvieron que dejar su cargo y ahora el futuro de Olympus podrí­a pasar por la vuelta de Woodford.

Michael Woodford ex CEO de Olympus

En una entrevista a CincoDí­as, el ex CEO de la empresa ha hablado de sus sensaciones un mes después de su cese por “diferencias culturales”. El ejecutivo inglés llevaba tan solo un par de meses como CEO. Poco después de subir al poder, leyó un artí­culo en una prestigiosa revista financiera que apuntaba la presencia de irregularidades en las cuentas de Olympus. Woodford decidió tirar del hilo, según el ejecutivo porque no querí­a convertirse en uno más de ellos.

Esa decisión provocó su cese y su huida de Japón por culpa de las amenazas que pendí­an sobre su cabeza. Afincado en Londres, ha tenido que hablar con las autoridades para contar con protección policial. Aun así­, el ejecutivo se ha mostrado dispuesto a volver a la compañí­a en calidad de CEO en caso de que se produzca un vuelco en la Junta Directiva. Para ello, deberí­a producirse una decisión conjunta de los accionistas. Woodford ya ha contactado con los inversores extranjeros, que suponen algo más de un tercio de los inversores. Pese a este importante apoyo, resulta poco probable que los accionistas japoneses se muestren partidarios de la vuelta de Woodford.