Philips prepara la escisión de su división de televisores. La compañía holandesa realizará una dura reestructuración de su plantilla tras los malos resultados económicos de los últimos trimestres. En total, se producirán más de 4.000 despidos entre los trabajadores de la empresa para recortar gastos y volver a mejorar los márgenes de los beneficios. La intención de la empresa es deshacerse de esa división para que sea absorbida por otra compañía, probablemente una compañía de Hong Kong.
Hace mucho que la división de televisores de Philips anda por la cuerda floja. No resulta un negocio rentable para la compañía y los rumores de venta y despidos la han acompañado durante muchos meses. La empresa ya decidió en 2009 despedir a 6.000 empleados de todo el mundo. Esta decisión permitió que la compañía mejorara sus números durante el año pasado, pero de nuevo Philips ha perdido fuelle y ha visto como sus ingresos disminuían y su beneficio se reducía considerablemente.
En concreto, en los primeros nueve meses de 2011 los ingresos ascendieron a 5.400 millones de euros, un 1,2% menos que en el mismo periodo de 2010. Pero el descenso más fuerte se ha producido en el beneficio, que pasó de 524 millones de euros a 74 millones (lo que supone un descenso del 85%). Las pérdidas generadas durante estos primeros nuevo meses sobrepasan los 1.000 millones de euros, y la situación podría empeorar en el último cuarto del año.
Así las cosas, Philips despedirá a 4.500 empleados en los próximos meses, de los cuales más de 1.000 podrían provenir de Holanda. No se sabe todavía cómo afectara este despido a los trabajadores españoles de la empresa (se estima que hay unos 800 empleados en España). Lo que sí se sabe es que la empresa estaría ultimando las negociaciones para desprenderse de su negocio de televisiones, que pasaría a formar parte de una sociedad con la empresa TPV de Hong Kong. El objetivo de Philips sería aumentar entre un 4% y un 6% sus ventas hasta 2013, un objetivo más realista que ambicioso.