Kodak atraviesa por un momento crรญยญtico. Uno de los fabricantes de cรกmaras con mรกs renombre no levanta cabeza desde hace un lustro (de hecho, desde 2005 solo ha conseguido cerrar un aรฑo con beneficios). La situaciรณn es tan grave que hace un par de dรญยญas la compaรฑรญยญa perdiรณ mรกs de la mitad de su valor en la Bolsa por los rumores que apuntaban a una quiebra de la empresa, alimentados por el fichaje de un bufete de abogados que se especializa en este tipo de situaciones.

Poco despuรฉs un portavoz de la compaรฑรญยญa desmintiรณ este punto, lo que permitiรณ a la compaรฑรญยญa recuperar parte del golpe. No obstante, los rumores de una posible venta para evitar el desplome de la compaรฑรญยญa se han sucedido en los รบltimos meses y muchos accionistas lo consideran un paso necesario en una compaรฑรญยญa que navega sin rumbo. En el aรฑo 2010, Kodak cerrรณ el periodo con un agujero de 500 millones de euros.

Una situaciรณn que no ha mejorado en el presente aรฑo. En el primer semestre de 2011 la empresa perdiรณ mรกs de 310 millones de euros, ocho veces mรกs que en el mismo periodo de 2010. Ademรกs, la facturaciรณn bajรณ un 19%, hasta los 2.078 millones de euros. Unos nรบmeros para echarse a temblar, y que parecen anticipar el fin de una de las empresas histรณricas del sector del equipamiento fotogrรกfico.

Su supervivencia pasa por adaptarse a la era digital, algo que parecen muy lejos de conseguir, al menos de momento, los responsables de la empresa. Hace poco la empresa pidiรณ un prestamo por cerca de 120 millones de euros, que tambiรฉn alejรณ los fantasmas de la quiebra. Su final no sorprenderรญยญa a nadie, pero resultarรญยญa triste que una compaรฑรญยญa con mรกs de 100 aรฑos de experiencia perdiera su independencia.