Continuando con nuestro repaso por los trucos más útiles que hemos encontrado para mejorar el tiempo de arranque del ordenador (ya presentamos el modo de inicio rápido a través del BIOS), hoy os  hablamos de los pasos a seguir para reducir la pesada carga que suponen las aplicaciones que se cargan al iniciar Windows (sí­, nos referimos a esa ingente cantidad de iconitos que aparecen en la barra de tareas a la derecha).

Para ello, existen varios modos de aligerar estos programas. Uno de ellos estriba en utilizar una aplicación del tipo de Soluto, que analiza los programas que se cargan en cada ocasión y ofrece sugerencias sobre las aplicaciones que considera prescindibles. Otro modo, el que te contamos aquí­, estriba en hacer esta limpieza de manera manual, a través de la configuración de Windows. Para ello, el primer paso es teclear «msconfig» en el menú de inicio (ejecutar en Windows XP).


Una vez en el menú de inicio, para visualizar las aplicaciones y procesos que se cargan junto a Windows hay que ir a la pestaña de «inicio de Windows» y ahí­ podremos ver todos los programas que se están cargando. La elección de los procesos prescindibles al inicio puede no resultar sencilla, así­ que puedes visitar esta lista completa con una gran cantidad de procesos y su explicación (esta lista también explica los procesos que cargan distintos troyanos y virus, así­ que no está de más echarle un vistazo de vez en cuando).

Otro de los modos en los que se puede aligerar la carga inicial de Windows está en sus servicios, aunque cambiar estas configuraciones puede ser más peligroso. Para hacerlo, hay que abrir «panel de control», «herramientas administrativas» y «servicios». La opción que hay que habilitar es el tipo de inicio automático (inicio retrasado) que se puede activar en el menú opciones de cualquier servicio, pinchando con el botón derecho.