Es muy probable que ya hayas oído o leído en algún momento la denominación «IPv6«. De hecho, hoy es el día mundial del IPv6 y una gran parte de las páginas más populares del mundo están trabajando durante 24 horas con este protocolo. Sin embargo, no todos conocemos qué significa este protocolo y qué cambio producirá en la forma de organizar Internet y sobre todo en la forma de navegar a través de Internet. Es por ello que vamos a intentar desentrañarte el significado de estas siglas y su repercusión en la navegación
En primer lugar y empezando por el paso obvio, IPv6 es IP en versión 6, es decir que se trata de una nueva forma de gestionar el envío de datos a través de la red. Hasta ahora se ha estado utilizando la versión 4 (IPv4), pero hace unos meses que se entregaron las últimas direcciones con este protocolo. Por decirlo de alguna manera, cada versión permite una cierta cantidad de direcciones, como un almacén con un número máximo de coches dentro (cada dispositivo que esté conectado a la red es un coche con una matrícula diferente). IPv4 permitía cerca de 4.300 millones de «matrículas».
Y las direcciones IPv4 se han agotado, desde hace unos meses, lo que hace necesaria la adopción del nuevo protocolo. IPv6 permitirá un número de direcciones exponencialmente superior al del protocolo vigente (en concreto 340 sextillones, un número de locura) que permitirán mantener este nuevo protocolo como mínimo cincuenta o cien años más (aunque nunca se sabe lo que nos depara el futuro de Internet).
Sin embargo, se trata de un nuevo protocolo que puede generar algunos problemas de compatibilidad, por lo que hoy se está celebrando el día mundial del IPv6, con el objetivo de reducir las reticencias de las empresas a adoptar el nuevo estándar. Claro que no parece que las compañías sean enteramente conscientes del problema, ya que solo el 35% consideran la migración a este estándar como una prioridad a corto plazo, y un 20% como algo sin importancia.
Llegados a este punto, quizás te estés preguntando «¿qué debo hacer ahora?». El caso es que la transición se lleva preparando desde hace años y hay una gran mayoría de dispositivos en el mercado actual que ya están preparados para funcionar con IPv6. El mayor problema lo tienen los proveedores de acceso a Internet que tendrán que adaptar sus redes para soportar el nuevo protocolo. En caso de que el dispositivo funcione solo con IPv4, el usuario puede continuar conectándose a la red, pero habrá servicios y páginas a las que no pueda acceder.
