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El modelo SaaS era hasta el pasado año un sistema casi desconocido para el 78% de las empresas españolas. Sin embargo, ahora un 69% afirman que se han habituado al concepto. Lo que no quiere decir que el mismo porcentaje esté dispuesto a adoptarlo. De momento, el número de compañí­as que lo emplean asciende a un 8%.

Los datos provienen de la consultora IDC. La firma efectuó los estudios que han permitido observar la evolución del tejido empresarial de un año a otro. Se prevé que en el perí­odo de un año, otro 2,8% de negocios lo incorporen . Para realizar el informe, ha contado con el respaldo económico de Cetel, IBM, Microsoft, Panda Security, Quota, Sage y Telefónica, además de la asociación SaaS Network.

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SaaS, siglas de Software as a Service, es decir, «Software como servicio» consiste en que la empresa suministradora de nuevas tecnologí­as concentre en sí­ todos los aspectos del negocio desde un punto de vista informático. Se realizarí­a mediante una distribución del software diferente a la tradicional. En lugar de que cada usuario tengan sus propios programas y demás, habrí­a una especie de «bolsa global», albergada en el servidor de la empresa proveedora de sistemas. A la misma podrí­an acceder los empleados de una compañí­a desde cualquier lugar del mundo. Las funciones de SaaS son entrada y gestión a través de una única red, reunión en un solo lugar de la administración de las distintas actividades, modelo uno-a-muchos y actualizaciones centralizadas, entre otras. Por otra parte, el informe incide en que el canal gana en importancia. Un 41% de las compañí­as de la industria del canal en España contemplan SaaS como una oportunidad a corto plazo. Un 54% lo valora a largo plazo y un 5% todaví­a lo considera una amenaza.

Según se desprende del informe elaborado por IDC, 2010 será un año definitivo para que las empresas españolas adopten SaaS. En palabras del consultor Fernando Maldonado, «habrá un crecimiento exponencial» de SaaS. Entre las ventajas se señalan su flexibilidad, la rapidez de su implantación y que hace innecesario adquirir varias licencias de un mismo producto, lo que reduce los costes. También tiene inconvenientes. Por ejemplo, el contenido está en un lugar remoto, lo que disminuye el nivel de privacidad y seguridad. Los usuarios no tienen la oportunidad de acceder a ellos de forma directa ni, por tanto, modificarlos en función de sus necesidades. También se depende hasta tal punto de la empresa tecnológica, que si por ejemplo esta no tiene por algún motivo habilitado la navegación por Internet no se puede usar ningún programa. No obstante , muchas de las empresas que han respaldado el estudio de IDC, como IBM o Telefónica, parecen dispuestas asumir los riesgos.

Ví­a: Computing.es

Fotografí­a: 4seasons