2009 no ha sido un buen año para las empresas que se dedican al negocio de la impresión. Según datos de IDC, el negocio de la impresión ha caído en España un 20% en el periodo comprendido entre el 1 de abril de 2009 y el 31 de marzo de 2010.
Las cifras cambian en función de a qué mercado de impresión nos refiramos (impresoras multifunción, láser color, láser monocromo, matriciales) pero, en líneas generales se advierte una considerable pérdida de cuota de mercado por parte del líder del sector, HP. El principal responsable de esta caída es la aplastante entrada en el mercado de Samsung y la subida de otras compañías como OKI, que a pesar de la caída general, ha conseguido subir un 2% su facturación.
En el mercado general de impresoras láser, por poner un ejemplo, HP ha perdido 18 enteros, pasando de tener un 50% del mercado a ostentar sólo un 32%. Samsung, por el contrario, ha pasado del 8 al 18% y OKI del 10 al 16% de cuota.
Otro tanto ocurre si segmentamos las impresoras láser. En la parcela de impresoras láser color, los cambios aún son más abruptos. HP ha pasado en el último año de controlar el 52% del mercado a sólo el 28%. Samsung ha subido de un 7,5% a un 20% y OKI, en tercera posición, sube del 18 a un 23,5%.
El único mercado que no responde a esta tendencia general es el mercado marginal de impresoras matriciales, dominado por Epson, que incluso sube un punto (del 67 al 68%) respecto al ejercicio anterior. Le siguen de lejos OKI, con un 22% de cuota y Lexmark.
Pese a la caída general de ventas, el mercado de impresión se ha movido bastante. Las impresoras multifunción láser a color han amentado sus ventas un 54%, mientras que sus contrapartidas en blanco y negro han subido sólo un 6,5%. Otro tanto ocurre con las impresoras (no multifunción) láser color, que han aumentado un 13%. Las caídas están protagonizadas por las impresoras láser monocromas y las matriciales, que bajan un 1,1 y un 3% respectivamente.
De momento, no hay indicios de que 2010 vaya a ser mejor que el año anterior en cuanto a beneficios del mercado de impresión, así que las compañías entonan aquello de “Virgencita, que me quede como estaba” y, como en el caso de OKI mantienen sus previsiones de beneficios para este ejercicio fiscal.
