De los casi 3.300.000 televisores vendidos a lo largo de 2009 en España, dos millones y medio tienen 26 o más pulgadas. En estas diagonales el vendedor más activo es el fabricante Samsung, que despunta en las dos categorías que la consultora GFK reconoce en este segmento. Dentro de las pantallas de 26 a 32 pulgadas, casi una de cada tres (el 30 %) lleva el logotipo de la marca coreana, y esa cuota de mercado se repite casi idéntica, el 31,3 %, entre las pantallas de más de 32 pulgadas.
El segundo en la lista es LG Electronics, lo que demuestra la popularidad de los aparatos de manufactura coreana. En la categoría de 26 a 32 pulgadas LG ha vendido el 22,6 % de las unidades, mientras que por encima de las 32 ha colocado en los hogares españoles casi el 14%. En cualquier caso, estas ventas no son homogéneas. En diciembre de 2009, LG saltó desde el 27% que mantenía de media en meses anteriores hasta un fulgurante 35%, mientras que Samsung en diciembre bajaba casi al 27%. Los españoles, ante las Navidades, y ante la premura de comprar, prefirieron aprovechar las ventajosas ofertas de LG frente a las de su competidor coreano.
El fabricante japonés Oki, que mantenía el primer puesto en las pantallas de menos de 26 pulgadas, cae hasta la tercera plaza con el 14, 3% de los televisores comercializados en la categoría de 26 a 32 pulgadas, y se desploma hasta un modestísimo 1% en las pantallas de más de 32 pulgadas. En esta categoría ocupa la tercera plaza otro fabricante japonés, Sony, que puso su sello en más del 16% de los televisores de más de 32 pulgadas vendidos a lo largo de 2009. En la categoría intermedia de 26 a 32, Sony ocupan el cuarto puesto con el 13%.
Otros fabricantes están situados más lejos del primer puesto. Philips es el cuarto con un 16% en las pantallas de más de 32 pulgadas, y el quinto con 15% en la categoría inmediatamente más pequeña. Toshiba está presente en ambas categorías con el 13%, y Panasonic deja sentir tímidamente su presencia en la tabla, pero sólo con pantallas de más de 32 pulgadas; este fabricante consiguió convencer a los consumidores españoles para adquirir poco más del 6% de las pantallas mayores de 32 pulgadas.