Windows to Go

El lanzamiento de Windows 8 ha levantado mucha expectación por la nueva interfaz principal que sustituye al escritorio (aunque la plataforma tradicional de Windows sigue estando presente en forma de aplicación). Esta evolución ha arrastrado mucha atención, oscureciendo en parte otras mejoras interesantes que se han incluí­do dentro del sistema, sobre todo en el campo profesional. Una de estas nuevas caracterí­sticas que ha incorporado Microsoft es Windows to Go, que permite utilizar Windows 8 a través de una memoria USB, y que resultará muy útil en entornos profesionales. Te contamos todos los detalles sobre esta caracterí­stica.

En principio, Windows to Go es una caracterí­stica propia de Windows 8 Enterprise, la versión de este sistema operativo para empresas, aunque las versiones Windows 8 y Windows 8 Pro también pueden usarse (eso sí­, sin el soporte de Microsoft). Windows to Go permite transferir el sistema operativo a un dispositivo USB y ejecutar esta versión en otro ordenador o portátil sin necesidad de instalarlo. Esta caracterí­stica funciona con todos los ordenadores que son capaces de correr Windows 7 (los requisitos de Windows 8 son los mismos). Los requisitos de hardware mí­nimos son un procesador de 1 GHz, 1 GB de memoria RAM (2 GB para la versión de 64 bits) y una tarjeta gráfica compatible con DirectX 9.

Windows 8

Para utilizar Windows to Go el usuario debe contar con una unidad USB o un disco duro externo con una capacidad recomendada de 32 GB (aunque en algunos sitios de Internet se habla de que se puede llegar a utilizar una memoria USB de 8 GB). Existen unas pocas llaves USB que ya están certificadas por Microsoft para llevar esta versión portátil de Windows 8, como por ejemplo la serie Data Traveler Ultimate de Kingston. El hecho de apostar por una mayor capacidad supone una ventaja a la hora de almacenar una mayor cantidad de aplicaciones y datos en la memoria USB.

También hay que tomar en consideración los usos que se vayan a realizar con este sistema, ya que en algunos casos el uso de una unidad USB 2.0 puede suponer un uso lento del equipo a la hora de realizar algunos procesos. Sin duda, la apuesta por una unidad USB 3.0 puede resultar una buena decisión para evitar estos problemas de rendimiento (el protocolo USB 3.0 favorece una velocidad de transferencia de datos diez veces mayor). La instalación de Windows 8 en el USB se realiza a través del panel de control del sistema, y después se puede instalar en cualquier equipo con procesadores x86 de Intel o AMD (hay que tener en cuenta que la versión Windows RT no es compatible con esta funcionalidad, y tampoco cualquier equipo con chip ARM).

La primera vez que el usuario introduce Windows to Go en el equipo se realiza la actualización de controladores y se instalan los archivos necesarios para correr el sistema, por lo que se puede demorar un rato el comienzo. A partir de la segunda vez la carga del sistema es más rápida ya que se conservan en el equipo los archivos necesarios para su arranque. Los administradores IT pueden gestionar los diferentes permisos para abrir o limitar el acceso a la tienda de aplicaciones o al uso de otros recursos disponibles en esta versión compacta de Windows 8. Sin duda, se trata de una funcionalidad muy interesante y una clara apuesta por la movilidad que aumenta el atractivo de Windows 8 para las empresas. ¿Qué opinas de Windows to Go?