Cómo utilizar el administrador de tareas de Windows 8

Windows 8 es un sistema operativo que trae muchos cambios en la interfaz de Windows, el más evidente la inclusión de un diseño totalmente nuevo para la pantalla de inicio de Windows 8, desde la que se accede a las diferentes opciones del sistema. Los usuarios de Windows 7 podrán mantener una cierta continuidad con el sistema operativo anterior gracias a la inclusión de la App de escritorio (básicamente, el escritorio de Windows 7 convertido en un programa más dentro del sistema). Eso sí­, esta herramienta contará con una ausencia que ya ha levantado las quejas de muchos usuarios: la supresión del menú de inicio, que ha sido una constante desde los primeros Windows y que desaparece de la visión del escritorio. En este caso, te contamos en otro artí­culo el sustituto más parecido al menú de inicio para llegar a algunas de las opciones más comunes.

No obstante, Windows 8 también ha mantenido algunas herramientas clave del escritorio, y las ha mejorado de manera sustancial. Este es el caso el administrador de tareas, esa aplicación que tantas veces hemos abierto para cerrar algún proceso que se ha colgado o para gestionar las aplicaciones abiertas. Si has instalado la beta de Windows 8, el acceso a esta herramienta se produce a través de la tradicional combinación control + alt + suprimir en cualquier App o lugar del sistema. En este caso, nos aparece un menú con cuatro opciones. Debemos escoger la de «Task Manager» (administrador de programas). La primera vista del administrador de tareas es una pequeña ventana en donde se han reducido los detalles y en la que vemos una lista con los diferentes programas abiertos.

A través de esta versión reducida, podemos cerrar cualquiera de esos programas a través del botón «End task» de la esquina inferior derecha. Además, situando el ratón en el programa y pulsando sobre el botón derecho podemos realizar varias acciones relacionadas con el programa. Así­, podremos ir a la herramienta a través de la opción «Switch to», finalizar la tarea, abrir la localización del archivo dentro del explorador de Windows (con «Open File Location») o incluso buscar resultados relacionados con la aplicación en Internet.

La utilidad de este nuevo administrador de tareas se empieza a descubrir cuando apretamos sobre el botón «More details» de la esquina inferior izquierda. A través de él alcanzamos las opciones avanzadas de la herramienta. Con esta vista podemos encontrar muchos más detalles sobre las aplicaciones que están en proceso, como por ejemplo su uso de la CPU y de la memoria RAM (aparece en megas en las aplicaciones y en porcentaje del total en la parte superior) y el uso del disco y de la conexión a Internet. Los colores de las aplicaciones cambian cuando estén realizando un uso más intensivo de alguno de estos aspectos, de manera que nos es más fácil encontrar aquellas aplicaciones que estén consumiendo más recursos y ralentizando el equipo.

Administrador de tareas de Windows 8

La segunda de las vistas del administrador de tareas es la vista de «Performance», que nos ofrece un informe sobre la actividad en la última sesión abierta de Windows (y datos sobre el procesador que estamos utilizando en el equipo). Si queremos utilizar una visión más avanzada todaví­a podemos llegar a través de «Open Resource Monitor». «App History» abre un informe sobre la actividad de las diferentes aplicaciones usadas desde que instalamos Windows 8. Podemos volver el contador a cero si presionamos sobre «Delete usage history» y pasar a cualquiera de esas aplicaciones a través de «Switch to».

Administrador de tareas de Windows 8

En «startup» vemos los programas que se abren al iniciar el sistema. Resulta muy útil ya que se ve el impacto que tiene en la rapidez del inicio del sistema estos procesos. Haciendo click derecho en cualquiera de los procesos se nos ofrece la opción de deshabilitar el proceso y mejorar el tiempo de carga del sistema, a través de la opción «disable». Hay que tener en cuenta que no todos los procesos son igual de importantes y no deshabilitar aquellos procesos que resulten útiles para el sistema. Por último, nos gustarí­a destacar las pestañas «Details» y «Services», en las que podemos tener una visión más detallada de los procesos que se están llevando a cabo en el sistema. Y es que Windows 8 incorpora una explicación de las herramientas que se están valiendo de ese proceso, acabando con la molestia de encontrarse con una infinidad de nombres extraños de los que hay que buscar explicación en Internet o terminar bajo el riesgo de desestabilizar a Windows.

Administrador de tareas de Windows 8

Podemos terminar cualquiera de estos procesos a través del botón derecho del ratón. También es interesante la información sobre el estado de cada proceso, ya que podemos saber si Windows 8 está utilizando el proceso o si lo ha suspendido. En definitiva, nos encontramos ante una herramienta muy avanzada y que cuenta con una interfaz muy sencilla para aquellos usuarios que no quieran complicarse y una muy completa para aquellos que quieran controlar de una manera más profunda el sistema. Sin duda, una de las razones  más atractivas para adoptar Windows 8 en entornos más empresariales o usuarios que no sientan mucho interés por la interfaz Metro.

Para llevar a cabo este artí­culo hemos utilizado un portátil Acer Aspire Ethos 8951G, uno de los portátiles más potentes que hay en el mercado y que cuenta con un procesador Intel Core i7-2630QM con cuatro núcleos de procesamiento y una potencia de 2 GHz por núcleo. Además, este equipo tiene 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica Nvidia GeForce con 2 GB de memoria dedicada.