Interfaz de Windows 8

Microsoft continua trabajando en su nuevo sistema operativo Windows 8 con la intención de contar con una versión definitiva en octubre, y también con vistas a la nueva beta pública que saldrá al mercado en apenas unos dí­as, y que deberí­a suponer una versión mucho más estable del sistema. Uno de los aspectos en los que ha incidido mucho Microsoft hasta el momento es en el tema del rendimiento energético. Su uso en los portátiles, y sobre todo en los tablets, dependerá mucho de la capacidad del fabricante de crear un sistema operativo capaz de permitir buenos tiempos de uso. Es por ello que la empresa ha decidido realizar un cambio importante en la interfaz gráfica escritorio.

Con Windows 8 se pondrá punto y final a la interfaz Aero, que Microsoft lanzó a partir de la versión Windows Vista (ha repetido presencia en Windows 7 y en la primera beta de Windows 8). Esta interfaz gráfica permití­a una serie de efectos interesantes, como las transparencias en las carpetas y la barra de tareas o la posibilidad de ver una vista previa en pequeño (un thumbnail) de las diferentes ventanas de los programas abiertos si pasamos el ratón por encima de los iconos. No obstante, el principal problema que tiene esta interfaz es que supone un gasto de energí­a considerable. Además, los ingenieros de Microsoft han decidido optar por trabajar en una interfaz de escritorio que se acerque más hacia la estética de Metro (la interfaz central que divide las aplicaciones y principales herramientas en ladrillos).

Escritorio de WIndows 8

Hay que recordar que esta interfaz tiene una orientación clara hacia los dispositivos móviles (no en vano, Microsoft ha tomado esta interfaz de su sistema operativo móvil Windows Phone, que hace uso de estos ladrillos). Eso sí­, pese a este acercamiento de la interfaz de escritorio a Metro, la compañí­a estadounidense quiere mantener la máxima compatibilidad con las aplicaciones desarrolladas para Windows 7. Para ello, una de las decisiones que tomará será mantener el texto en color negro en un fondo de color más claro, de forma que se eviten problemas de compatibilidad como los que se produjeron al cambiar a la interfaz Aero en Windows Vista y 7 respecto a Windows XP.

Los colores predominantes de la interfaz Metro son el texto blanco sobre un fondo de color (como se puede apreciar en la imagen). Los responsables de Microsoft tratarán de conservar algunos elementos de la interfaz gráfica de Windows 7 para que el cambio no sea tan drástico y puedan encontrarse con un entorno familiar. Además de la parte gráfica, se está procurando reducir al máximo la actividad de fondo dentro del sistema, pero sin renunciar por ello a la capacidad de realizar varias tareas al mismo tiempo que será uno de los atractivos con los que contarán los tablets con Windows 8. Es probable que podamos ver un mayor número de avances en la interfaz gráfica del escritorio a partir de la próxima beta pública que saldrá dentro de unos dí­as. Puede ser una buena toma de contacto con el cambio que está intentando implantar Microsoft.

Para llevar a cabo este artí­culo hemos utilizado un portátil Acer Aspire Ethos 8951G, uno de los portátiles más potentes que hay en el mercado y que cuenta con un procesador Intel Core i7-2630QM con cuatro núcleos de procesamiento y una potencia de 2 GHz por núcleo. Además, este equipo tiene 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica Nvidia GeForce con 2 GB de memoria dedicada.

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