Los ultrabooks tendrán pantallas táctiles

Los ultrabooks son un nuevo concepto de portátil que ha surgido en los últimos meses para intentar hacer frente, por un lado, a la mala situación del mercado de los ordenadores (sobre todo en el viejo continente), y por otro, a la irrupción de los tablets que se están convirtiendo en los dispositivos portátiles por excelencia. Y todo indica que el próximo paso de los portátiles sea adoptar las pantallas táctiles, la seña de identidad de los tablets.

La información proviene de la revista asiática Digitimes, que siempre se sitúa cerca de los fabricantes coreanos como Acer o Samsung. El motivo de querer incorporar pantallas táctiles a los ultrabooks es bastante claro: dentro de unos meses se lanzará el nuevo sistema operativo de Microsoft. Windows 8 se está diseñando con una clara orientación hacia un entorno táctil, a través de su interfaz  Metro (similar a la composición de ladrillos o bloques de Windows Phone). Podremos contar con una primera versión beta más estable a partir de febrero de 2012. La salida de ultrabooks con pantallas táctiles se demorarí­a hasta la salida de la versión final, a mediados de 2012.

Los ultrabooks tendrán pantallas táctiles

Los grandes fabricantes son conscientes del potencial que tiene el nuevo sistema de Microsoft, y podrí­an adaptar el concepto de ultrabook para intentar explotar al máximo las posibilidades de Windows 8. Este concepto surgió hace unos meses a partir de la empresa de chips Intel. El gigante de los procesadores habló de una serie de portátiles muy finos y potentes que llevarán sus nuevos chips de bajo voltaje, y que estuvieran por debajo de los 1.000 dólares, una frontera que todaví­a no se ha conseguido franquear.

La propia compañí­a ha realizado una inversión de varios cientos de millones de euros para llevar a cabo este proyecto. La explicación está en la incapacidad de Intel de introducir sus chips en el mundo de los tablets (dominado casi por completo por los procesadores basados en ARM). Además, Microsoft ha llevado la alarma en las filas de Intel al anunciar que lanzará una versión de Windows 8 para procesadores ARM, algo que podrí­a suponer un verdadero problema para la compañí­a de semiconductores.