Es lo que algunos expertos y usuarios comienzan a preguntarse, tras unas estadí­sticas publicadas en las que se aprecia un considerable descenso del uso de la red (en cuanto a mensajes públicos se refiere). Tras unas semanas en que la nueva apuesta de Google estaba en boca de todos, en parte porque para entrar en ella se necesitaba conseguir una invitación -llegó a desatarse una fiebre repentina y profunda por conseguir una invitación al nuevo invento de Google-, parece que el interés por la red social de Google ha disminuido bastante.

A pesar de que no contamos con cifras oficiales, todo indica que el ritmo de nuevas altas ha retrocedido bastante. Solo hay que recordar que en las primeras dos semanas se habló de que el número de usuarios habrí­a llegado a alcanzar los veinte millones. Según un estudio, el número de mensajes públicos descendió un 41% en los últimos dos meses. Una bajada considerable, pero que no se puede considerar un barómetro para medir la salud de la red social, ya que una gran parte de su actividad transcurre a través de mensajes privados dirigidos a diferentes cí­rculos de contactos.

Así­ las cosas, no hay duda de que Google+ corre el peligro de convertirse en una red social similar a Twitter, en la que menos de un 1% de sus usuarios genera la mitad de los contenidos que se publican en la red. A pesar de los malos indicadores, es muy pronto para juzgar sobre el futuro de Google+. No hay que olvidar que todaví­a está en estado beta, y es de esperar que durante las próximas semanas se mejore la integración de esta red en otros servicios de Google, como Google Docs, Google Maps o Gmail.

Por si acaso, Facebook ya ha movido ficha, y ha mejorado una de las caracterí­sticas que peor se manejaban en la red, la gestión de los contactos. Ahora se pueden crear listas de amigos, una opción que recuerda poderosamente a los cí­rculos de contactos presentes en Google Plus. ísí­ que, aunque sea de rebote, la presencia de la red de Google está provocando que los responsables de Facebook reaccionen y comiencen a renovar caracterí­sticas que han quedado claramente obsoletas.